El biodiesel:
El biodiesel apareció a mediados de la década de 1990 como un combustible ecológico prometedor, pero las grandes cantidades de cereales que se utilizan para su fabricación trajeron muchos problemas que impactaron en la ecología y en la sociedad. Este combustible se obtiene a partir de cereales como la soja y el maíz, que son la base de la alimentación en muchas sociedades. El aumento en la demanda de estos productos produjo un aumento en los precios, lo que causó gran malestar en la sociedad. Además, para producir mayor cantidad de granos se hace necesario conseguir más zonas cultivables, lo que provoca mayor deforestación. Los nuevos combustibles biodiesel de última generación se obtienen de las algas marinas, pero esto tampoco es del todo ecológico.
El biogás:
Otro combustible ecológico es el biogás, que se obtiene a partir de los residuos orgánicos vegetales o animales. Esto se utiliza mucho en zonas rurales donde se aprovechan los residuos de los cultivos y de los animales de granja para obtener gas metano mediante la fermentación. El gas puede usarse para generar electricidad o bien usarse para impulsar motores. Si bien se trata de un método amigable con el medio ambiente, es muy poco utilizado a nivel global.
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